¡Que vengan valientes
la traición y el olvido!
Que vengan e intenten
de nuestro amor hacer su nido.
¡Que traigan obedientes
al dolor y al engaño!
Que vengan si se atreven
y traten de hacernos daño.
Malditos celos locos,
soledad de los demonios,
y hiel del abandono.
¡Que ellos vengan todos!
Que en mi pecho, furor
a cada instante cobra.
Que la fiereza de este amor
no permite hacerle sombra.