La maldición de los anglicismos

El otro día cogí el metro y volví a escuchar eso de: “Disculpe señor, ¿tiene un Kleenex?”. Y a medida que avanzaba por el vagón y captaba vagamente las conversaciones ajenas, me asombraba yo mismo de la costumbre que tenemos a la hora de usar palabras inglesas, algo a lo que se ha venido a llamar anglicismo. “Hoy podemos ir …