Que a fuerza
no construyo este cielo.
Sigue lloviendo.
La ciudad envuelta
en llamas de infierno.
La niebla regresa
con tu olor eterno.
Y las sombras juegan
a buscarte a ciegas
en este reino.
Que a fuerza
no te nublo en mi mente.
La ciudad aún llueve.
Las sábanas revueltas
te arropan ausente.
Las luces sobrevuelan
en tu busca el frente.
Y los ángeles velan
por mí, que en soledad
el más valiente siente.
Que con mi amor
no siembro el camino.
Que por luchar amando
hoy vivo en laberinto.